Sentimientos que nacen del corazón, como flores de un apartado jardín, viajando por las venas, sin un cielo donde plantar su esplendor junto al mar, cogido de la mano por la soledad y afligidas lágrimas llenas de dolor.
Un grito mudo lanzado con el alma, pidiendo un poco de amor y ternura...
pidiendo ser pasajero de un sentimiento verdadero, una mano donde temblar, una mirada sin maldad, pero luego la fría realidad me hace volverme a preguntar:
¿Si yo tanto amé, por qué hoy amanezco sin vida y sin ilusión?