jueves, diciembre 11, 2008

Sucede que a veces los días más tranquilos son los que me sacan de quicio, y que los días que más cosas hago son los que más necesito estar tranquila, sin mirar la tele, sin ver pasar coches por la carretera, tan solo mirar a mi alrededor y no mirar nada concreto.
Necesito descansar del mundo.

Ojalá pudiera resucitarme y soñar con mis fantasías, esas que algún día sé que se convertiran en realidad, que no son tan difíciles de encontrar, ni de superar, pero esas que aún no tengo.

La verdad que con saltar en los charcos me basta, no pido lo imposible, realmente no pido nada, tan solo quiero que pasen los días regalándome algo más que lo cotidiano y lo rutinario.

Soñar es lo más bonito que tenemos, hasta que llega el día en que se cumple todo, y entonces, nos sentiremos más vivos que nunca.

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