Ese lugar que llaman cielo

Quiero volar a un lugar donde las paredes sean de plata y el suelo de fino cristal; un lugar donde el cielo nunca oscurezca, el sol brille durante todo el día, los niños jueguen y sólo exista la risa; quiero volar a un lugar seguro.
Y levantarme y no sentir miedo, y levantarme y no escuchar los desesperados gritos en mi mente. Por eso quiero volar a un lugar donde sólo exista el silencio, donde me pueda sentir segura, donde nadie me grite y donde nada me haga daño, donde nadie sufra.

Quiero volar a ese lugar, a ese que le llaman cielo, donde la gente descansa sin que nadie le moleste. Donde la gente es libre y no grita desesperadamente, donde nunca se llora. Quiero volar porque ya no puedo más. Y porque si no vuelo pronto acabará con mis fuerzas. Sé que no es fácil, pero ya no se me ocurre otro remedio; porque si esto es la vida, si esto es vivir, prefiero la muerte, prefiero morir y estar lejos de aquí, lejos de mi propia casa, lejos de todo esto.
Porque aquí nadie escucha mis gritos, nadie me abraza para hacerme sentir bien, nadie calma mi llanto. Porque aquí nadie se para a mirar lo que sucede, nadie se para a escuchar.

A veces pienso que vivo una pesadilla y que cuando despierte todo será bonito, todo será normal, pero no es posible que sea un sueño, porque cuando despierto mis heridas siguen ahí y los llantos los sigo escuchando, aunque despierto aún quiero morir y sigo teniendo miedo, miedo a todo. No, no puede ser una pesadilla, no puede ser un sueño.
Por eso Dios, hoy te pido como cada noche que me escuches, porque eres lo único que me queda, porque eres mi única esperanza. Hoy te pido Dios que me des alas, alas para poder volar al país de los sueños, a tu casa, a tu cielo. Unas alas que me indiquen el camino de la libertad, el camino de la alegría, de la tranquilidad, de la vida. Hoy Dios mío te las pido, te pido esas alas de fina plata de color cielo. Te pido mi mayor deseo. No tengo nada que ofrecerte a cambio pero espero que te conformes. Haz que me sienta segura, te lo pido, porque ya no me quedan fuerzas ni aliento para más, pero no dejes que el mal, el odio, el miedo y los gritos desesperados vuelen también, porque si lo hace ya nada podrá salvar mi vida.